Para dejar los grifos de la casa resplandecientes tras la limpieza habitual, espolvorearlos con polvos de talco, dejar dos minutos y retirar con un paño seco y suave. Si quedan restos en las juntas, pasar un cepillo de dientes en desuso. Este gesto diario mantendrá los grifos con un brillo excepcional, pareciendo nuevos.